13/2/14

II. Te pienso a todas horas. Esto es demasiado.

Empezó el día sin muchas expectativas, un examen que olía a suspenso desde que amaneció, una mañana cargada de nervios y la maldita sensación que siempre me acompaña, la sensación de no hacer nada a derechas. No tardé mucho en rellenar aquel folio con palabras inventadas, que quizá podrían haber rascado un cinco si la situación hubiese sido otra, pero no es el caso. Quizá si me hubiese tocado la otra opción habría aprobado, era más fácil, o quizá solo me lo parece porque no fue la mía. De un modo u otro esta no era la mía, y en septiembre ya me esperan dos... Trato de no desanimarme, porque mucha gente lo tiene peor, pero no es fácil mantener la sonrisa cuando todos flotan mientras tu te hundes.
Perdida estoy en mi propio mar de dudas, ahogándome y no recuerdo como nadar.
Por otra parte Derecho Romano y mi querida y angustiosa Derecho Constitucional, que me trajo de cabeza desde el primer día están aprobadas. Ya es más de lo que podría esperar teniendo en cuenta lo mucho que me ha costado esa asignatura... Bien, ahora mi merecido descanso de tres días ante de nuevo semestre.

***

Ahora te has ido, ahora sé que hasta dentro de casi un año, no volveremos a vernos. Quizá más o quizá nunca, te marchas... Y aunque debería ser feliz porque la noticia que acompañaba tu despedida era de las más buenas, no logro rescatar de mi marchito corazón ni un ápice de alegría, ¿Qué me has hecho? ¿Cómo me he enganchado a ti de esta forma? Esto no es humano... Hoy he comprendido un poco mejor lo que es sentir algo tan fuerte por alguien... Y no quiero que te vayas, pero no puedo retenerte... Cruel broma del despiadado destino y quizás parezco un poco exagerada, pero arde por dentro el deseo y me quema, pronto sólo quedarán de mí las cenizas de un amor desgastado, me esparcirá el viento, y con mi suerte, acabaré enganchada en la solapa de tu chaqueta, volviendo a enamorarme de alguien a quién jamás llegué a olvidar.

Alguien pasó por mi lado, tenía unas pintas muy parecidas a las tuyas, y sonreí, como si fueras tú, pero fue efímero... Al comprender que no eras agaché la cabeza, y me sentí idiota por creerte allí. Me sentí sola a pesar de estar rodeada de gente porque no podía confesarle a nadie mi desliz, el desliz de un corazón que te necesita, de una cabeza que te piensa. Caminamos por muchas  calles, el sol era agradable, podría haber paseado durante horas, perdida entre callejones y plazas...  Y en una de ellas una bonita catedral gótica me llamó la atención... Soñé con una boda, un vestido, un beso y al girar la vista, avergonzada por mis propias ensoñaciones, leí tu nombre. La plaza tenía tu nombre y se me erizó la piel. Y volví a sonreír. Sonreí con la ternura de quién encuentra la felicidad en las cosas más tontas... Así soy yo.

Y es que quizá sea la chica más tonta del mundo, o quizá solo sea una romántica de corazón, pero mientras tomaba algo con mis compañeros en una tetería del centro, cuyo nombre recuerdo pero no voy a mencionar, una canción inundó la sala... My heart will go on de Celine Dion. Y hasta ahí llegó mi pobre corazón, recordando imágenes de la película Titanic, un clásico. EL CLÁSICO. Nos imaginé tumbados en el sofá, viendo la famosa escena, 'Si tú saltas, yo salto ¿Recuerdas?' ... Imaginé como serían tus abrazos, tu nariz en mi cuello, mis manos acariciando tu pelo... Y todo en unos minutos. Supongo que ellos notaron que me dispersé durante el tiempo que Celine entonaba, pero no le dieron importancia. Suerte de mí.

Te he pensado durante todo el día, y probablemente te soñaré toda la noche. Te lo pido, te lo suplico, sal de mi cabeza... Entra de lleno en mi vida.
Estos son mis treces, mi jueves trece. Mi suerte de los trece. Un día semi-feliz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario